21 mayo, 2012

Capítulo 5

"Me resultará más fácil a la hora de matarlo..." ¿Cuándo me he vuelto tan sanguinaria? Nunca en mi vida había pensado en matar a alguien, salvo si llevaba el mismo pintalabios que yo, pero me sorprende descubrir esa faceta mía. Igual tengo alguna posibilidad de sobrevivir. Igual no está todo perdido. Igual salgo vida con esta. O igual acabo haciéndoles compañía a mis padres. Quién sabe. Puede que los demás tributos sean más ineptos que yo. Pero..¿En qué estoy pensando? ¡Por supuesto que serán más inútiles que yo! Por favor...
- ¿Spizer?- pregunta Piuka.
- ¿Eh?-respondo, despertando de mi aletargamiento. Entonces me doy cuenta de que todos me están mirando. Me sonrojo.
- Perdón, estaba despistada. ¿De qué hablabais?
- Hablábamos de que debemos bajar a entrenamiento ya- responde Mónak.
- ¡¿Hay entrenamiento?!
- Pues claro. Coin dejó bien claro que quería que se realizase exactamente igual. Ya sabes, para que probaseis vuestra propia medicina. 
- Entonces...¿También habrán notas, patrocinadores, y entrevista?- pregunta Mónak con el ceño fruncido.
- Sí, no y sí. Se votó que no para evitar altercados. ¿Os vestís ya? Llegaréis tarde...- suelta Capesta, visiblemente irritada de tanta palabrería.
Salimos del comedor, y nos cambiamos rápidamente con una camiseta de manga corta fina negra con franjas grises en las mangas y unos pantalones largos ajustados también negros y con franjas grises a los lados. Lo rematamos con unas botas relucientes negras, para después meternos en unos ascensores. Se parecen a los que yo tenía en casa. Hecho de cristal transparente. Nada del otro mundo, aunque supongo que a los tributos de los Distritos les parecerá lo más maravilloso del mundo. Sonrío con suficiencia hasta que me doy cuenta de que ahora soy yo la que aparecerá en la televisión, la que deberá batirse en duelo a muerte, y la que deberá enfrentarse a una arena en la que habrá cantidad de peligros. Entonces me asalta una duda.
- ¿Los tributos no hacían el desfile antes de ir a entrenamiento?
- Sí, pero Coin decidió que primero haríais un entrenamiento...especial.
No entiendo a qué se refiere, pero por la forma en que lo ha dicho, no me tengo que esperar nada bueno. Vuelvo a pensar en Mara. Me pregunto dónde estará, si estará viva, o muerta. Dejo de preguntármelo en cuanto se abren las puertas del ascensor. Ya sé dónde está. 
Justo delante de mí. Empuñando una espada.

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